Declaración de principios sobre el Sida - Pautas

Declaración de principios sobre el Sida - Pautas

Día 17 de octubre de 1996.
VOTADO, Aprobar el documento, La Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Epidemia del SIDA - Pautas, de la manera siguiente:
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Epidemia del SIDA - Pautas”
Planteamiento:
La epidemia global del SIDA ejerce un impacto profundo sobre la misión mundial evangélica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los dirigentes de la iglesia son llamados a responder mediante iniciativas en el ámbito de la educación, la prevención y el servicio a la comunidad y a través de actos personales de benevolencia hacia las personas y familias implicadas en la crisis. El SIDA no respeta límites nacionales, feligresía, sexo, estado civil, educación, ingresos o posición en la vida. En muchos países está diezmando la población y reclamando la vida de miembros adventistas y otros individuos. Todas las personas, especialmente los jóvenes que crecen ahora en una era de laxitud moral, necesitan que se les enseñen los principios bíblicos con relación a la sexualidad y el propósito divino de que la intimidad sexual se experimente dentro de la protección del pacto matrimonial. Los dirigentes de la iglesia deben proveerles a los miembros información verosímil, presentada en su propio lenguaje y acorde con su propia cultura. Se llama a la iglesia a constituirse en una voz tanto profética como misericordiosa: los labios y manos de Dios al llevar el ministerio de Cristo a la comunidad.
El tratar de extender la misión global de la iglesia a todas las razas y pueblos, trae a la feligresía a muchos que fueron infectados por el virus del SIDA antes de unirse a la iglesia, o que se ven afectados por tener familiares que tienen SIDA. La epidemia es de tal magnitud que ninguna familia quedará ultimadamente sin afectarse. Muchos reciben la infección independientemente de alguna acción de su parte. Es inapropiado juzgar al respecto, siendo que se desconoce con seguridad la fuente de la infección. Muchos han experimentado vergüenza, temor y agonía, cuando alguno de sus familiares sufre y muere de SIDA, sintiéndose muchas veces compelidos a guardar el secreto con respecto a su dolorosa situación. Así como Cristo vino a ofrecer sanidad a un mundo sufriente, así también los miembros adventistas son comisionados para cuidar en forma compasiva de aquellos que sufren y son afectados por el virus del SIDA. Los miembros pueden cuidar y prestar servicios a tales enfermos, tanto en el hogar como en las instituciones al cuidado de la salud, si se les instruye en la forma apropiada de hacerlo.
Recomendaciones:
La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce su responsabilidad cristiana de responder a la crisis global con respecto a la enfermedad del SIDA y sus efectos devastadores sobre la humanidad y desea responder en múltiples formas, que incluyen:
  1. Hacer extensivas las enseñanzas y ministerio de curación de Cristo, quien sin prejuicio alguno sirvió a todos los necesitados, empeñándose en esfuerzos para reducir el riesgo de que las personas contraigan SIDA y prestando sus servicios en forma compasiva y sin juzgar a todas las personas afectadas, cuando un individuo sufre de SIDA.
  2. Designar una persona en cada división, juntamente con el personal y recursos financieros que puedan destinarse para responder a los desafíos del SIDA a través de iniciativas apropiadas y esfuerzos cooperativos con otras entidades de la comunidad o del país en cuestión.
  3. Desarrollar y administrar programas de educación con respecto al SIDA, usando cuando sea apropiado el material (HIV/AIDS Guide). Los programas deberán adaptarse al contexto de las necesidades culturales e idiomáticas y estar dirigidos a los:
    1. Pastores: A través de cursos de educación continua y reuniones ministeriales, designadas para habilitar a los pastores para tratar con miembros afectados por la crisis del SIDA. Los pastores necesitan información en cuanto a prevención, un ministerio compasivo y funciones eclesiales prácticas, tales como la conducción de un servicio funeral en favor de una persona afectada por el SIDA.
    2. Maestros: Educación continua e instrucción durante su desempeño, con énfasis en comunicar valores espirituales y el desarrollo de habilidades entre los jóvenes para que puedan enfrentar las presiones sexuales.
    3. Miembros de la iglesia: A través de sermones, lecciones de Escuela Sabática, asesoría premarital y actividades de fortalecimiento del matrimonio, seminarios con respecto al SIDA y aspectos curriculares que provean información sobre la sexualidad en general y el SIDA en particular.
    4. Comunidades: Al reconocer la oportunidad para testificar por Cristo y servir a la comunidad en general, proveyendo proyectos misioneros apropiados y participando en esfuerzos cooperativos.
  4. Proteger y fortalecer el matrimonio al:
    1. Poner en alto el ideal de abstinencia con respecto a la actividad sexual premarital.
    2. Apoyar el requisito de la prueba (HIV) para ambos futuros cónyuges, como parte de la preparación que la iglesia aconseja para el matrimonio.
    3. Poner en alto el ideal de Dios en cuanto a la fidelidad en el matrimonio.
    4. Recomendar medidas protectoras contra enfermedades transmitidas sexualmente, incluyendo HIV.
  5. Transmitir intencionalmente valores cristianos a la nueva generación, reconociendo que los valores sexuales de cada individuo se establecen en la juventud. Debe darse prioridad a proveer información exacta, un foro para la discusión abierta y énfasis en la dimensión moral de las decisiones con respecto a la sexualidad.
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Provisto por el Departamento de Salud y Temperancia, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, en cooperación con los miembros de la Comisión de Estudio del SIDA de la Asociación General.