Posiciones Oficiales de la Iglesia Adventista

Posiciones Oficiales de la Iglesia Adventista

Las posiciones oficiales son documentos de la Iglesia Adventista Mundial sobre asuntos de extrema importancia. Generalmente son pautas o recomendaciones

Declaración de Principios sobre Observancia del Sábado - Pautas

Declaración de Principios sobre Observancia del Sábado - Pautas
El objetivo principal de este documento es proporcionar consejos a los miembros de iglesia que desean una experiencia más rica, más significativa en la observancia del sábado. Se espera que éste ofrezca un ímpetu a nivel mundial, que conduzca a una auténtica reforma.

Declaración de Principios sobre el Aborto

Declaración de Principios sobre el Aborto
A pesar de que existen sinceras diferencias entre los adventistas con respecto al aborto, la siguiente declaración representa un intento de proporcionar orientaciones sobre ciertos principios y asuntos.

Declaración de Principios sobre el Cuidado de los Moribundos

Declaración de Principios sobre el Cuidado de los Moribundos
El desarrollo de la medicina moderna ha aumentado la complejidad en lo que respecta a decisiones para el cuidado de una persona moribunda. En tiempos pasados, se podía hacer poco para prolongar la vida humana, pero el poder de la medicina de hoy para detener la muerte ha generado difíciles preguntas morales y éticas

Cuidado de la Creación de Dios: Adventismo y el Medio Ambiente

Cuidado de la Creación de Dios: Adventismo y el Medio Ambiente
El mundo en que vivimos es un don de amor de Dios el Creador. Dios colocó a los seres humanos dentro de esta creación, con la intención de que se relacionaran con él mismo, con sus congéneres y con el mundo que los rodeaba. Su preservación y protección está estrechamente relacionada con nuestro servicio a Dios.

Declaración de principios sobre el Sida - Pautas

Declaración de principios sobre el Sida - Pautas
La epidemia global del SIDA ejerce un impacto profundo sobre la misión mundial evangélica de la Iglesia. El SIDA no respeta límites. En muchos países está diezmando la población y reclamando la vida de miembros adventistas y otros individuos. Todas las personas necesitan que se les enseñen los principios bíblicos con relación a la sexualidad y que se les provea de información en cuanto a este tema.

Ministerio Infantil

Ministerio Infantil
El Ministerio Infantil es el nuevo departamento creado para dar más y mejor atención a los niños, es necesario que exista una interrelación entre este ministerio y otros departamentos que también cumplen responsabilidades con los niños entre las edades de 0-12 años.

Declaraciones sobre el Abuso Sexual Infantil

Declaraciones sobre el Abuso Sexual Infantil
Cada niño debe ser un regalo de Dios. Se les da a los padres el privilegio y responsabilidad de sostener, proteger y cuidar a sus hijos. Los niños deben ser capaces de honrar, respetar y confiar en sus padres sin correr el riesgo de abuso.

Declaraciones sobre la Violencia Familiar

Declaraciones sobre la Violencia Familiar
La violencia familiar es un asalto de cualquier tipo cometido por una persona en contra de otra dentro de la familia. Las investigaciones actuales indican que es un problema global. Ocurre entre familias de todas las edades, nacionalidades y de cualquier religión o sin ninguna.

Declaración sobre el desafío de las enfermedades transmitidas sexualmente

Declaración sobre el desafío de las enfermedades transmitidas sexualmente
El mundo contemporáneo confronta graves problemas éticos, médicos y sociales como resultado del aumento de la permisividad sexual y la promiscuidad correspondiente. Tales actitudes y conductas se han infiltrado también en las iglesias, lo cual demanda que se les preste atención

Control de la natalidad: Declaración de Consenso Adventista

Control de la natalidad: Declaración de Consenso Adventista
Las parejas cristianas casadas poseen un potencial de control de la fertilidad que ha dado lugar a muchas preguntas. Hay oportunidades y beneficios como resultado de los adelantos científicos en esta área, así como también desafíos e inconvenientes

Posiciones Oficiales de la Iglesia Adventista

Posiciones Oficiales de la Iglesia Adventista

Las posiciones oficiales son documentos de la Iglesia Adventista Mundial sobre asuntos de extrema importancia. Generalmente son pautas o recomendaciones

Declaración sobre el Adventismo y el Año 2000

Declaración sobre el Adventismo y el Año 2000
Esperamos ansiosamente el retorno visible de Cristo. Pero no especulamos acerca del momento preciso cuando ocurrirá. Los adventistas no le dan significado religioso a la terminación de un milenio. El año 2000 no tiene ningún significado profético particular y debe rechazarse cualquier especulación referente a su significado religioso.

Declaración de la posición adventista en relación con la homosexualidad

Declaración de la posición adventista en relación con la homosexualidad
Los adventistas del séptimo día creen que las relaciones sexuales íntimas son apropiadas solamente dentro de la relación entre un hombre y una mujer. Ese fue el diseño establecido por Dios en la creación.

Una Filosofía Adventista del Séptimo Día acerca de la Música

Una Filosofía Adventista del Séptimo Día acerca de la Música
La música no es moral ni espiritualmente neutra. Puede elevarnos hasta la experiencia humana más sublime o puede ser usada por el príncipe del mal para rebajarnos y degradarnos, para despertar sensualidad, pasiones, desesperación, ira y odio.

Declaración de Principios sobre Observancia del Sábado - Pautas

Declaración de Principios sobre Observancia del Sábado - Pautas

Noviembre de 1990
En armonía con la Biblia y el Espíritu de Profecía, el siguiente documento puede servir como pauta, para dar respuestas a ciertas preguntas, las cuales no se oponen de ninguna manera al derecho del individuo de seguir los dictados de su propia conciencia según sea dirigida por el Espíritu Santo.
RECOMENDADO, Reconocer el siguiente documento sobre la observancia del sábado:
“Observancia del Sábado - Pautas”
Propósito y Perspectiva:
El objetivo principal de este documento sobre la observancia del sábado es proporcionar consejo o directivas a los miembros de iglesia que desean una experiencia más rica, más significativa en la observancia del sábado. Se espera que éste ofrezca un ímpetu a nivel mundial, que conduzca a una auténtica reforma en la observancia del sábado.
Conscientes del hecho de que la comunidad religiosa mundial enfrenta numerosos problemas en la observancia del sábado, que surgen dentro de un determinado contexto ideológico y cultural, se ha hecho un esfuerzo por dar consideración a estas dificultades. No es la intención de este documento contestar cada pregunta relacionada con la observancia del sábado, sino presentar los principios bíblicos y las orientaciones dadas por el Espíritu de Profecía que ayuden a los miembros de iglesia en su esfuerzo por seguir la dirección del Señor.
Se espera que los consejos dados en este documento sirvan de ayuda, pero la decisión final en cuanto a qué hacer en determinadas circunstancias críticas, debe estar motivada por la fe y la confianza personales en el Señor Jesucristo.
El Sábado - Una Salvaguardia de Nuestra Relación con Dios.
El sábado abarca nuestra relación total con Dios. Es una indicación de la actuación de Dios en nuestro favor en el pasado, presente y futuro. El sábado protege la amistad del hombre con Dios y provee el tiempo esencial para el desarrollo de esa relación. El sábado aclara la relación entre Dios y la familia humana, porque señala a Dios como el Creador en un tiempo cuando los seres humanos quisieran usurpar la posición de Dios en el universo.
En esta época de materialismo, el sábado dirige a hombres y a mujeres hacia lo espiritual y lo personal. Las consecuencias de olvidarse del día sábado, y no santificarlo, son serias. Esto llevaría a la distorsión y eventual destrucción de la relación existente entre una persona y Dios.
Cuando se observa el sábado, ello es un testimonio del descanso que viene de confiar solamente en Dios como nuestro sustentador, como la base de nuestra salvación, y como el fundamento de nuestra esperanza en el futuro. Como tal, el sábado es una delicia porque hemos entrado en el reposo de Dios y hemos aceptado la invitación de confraternizar con El.
Cuando Dios nos pide que nos acordemos del día sábado, El lo hace porque quiere que lo recordemos a El.
Principios y Teología de la Observancia del Sábado:
Naturaleza y Propósito del Sábado. El origen del sábado se encuentra en la misma creación, cuando Dios descansó de su obra en el día séptimo (Génesis 1-3). El sábado tiene significado como señal perpetua del pacto entre Dios y su pueblo para que supiesen quién era Aquel que los había creado (Éxodo 31:17) y los santificaba (Éxodo 31:13; Ezequiel 20:12), y conocieran que El era su Señor y Dios (Ezequiel 20:20).
La Singularidad del Sábado. El sábado es una ocasión especial para adorar a Dios como Creador y Redentor, y como Señor de la vida con quien la familia humana se reunirá en la segunda venida. El mandamiento del sábado está en el centro de la ley moral como sello de la autoridad divina. Ya que éste es un símbolo de la amante relación de Dios con sus hijos terrenales, los seres humanos están en la obligación de respetar este don en el sentido de que harán todo lo que esté en su poder para promover y participar de actividades que les ayuden a establecer e intensificar una relación duradera con Dios. Por lo tanto, su pueblo se comprometerá sólo en aquellas actividades dirigidas a Dios y a sus semejantes, y no a aquellas que llevan a la gratificación e intereses personales.
La Universalidad del Sábado. La universalidad del sábado está enraizada en la creación; por lo tanto, sus privilegios y obligaciones se exigen a todas las naciones, sectores, o clases. (Ver Éxodo 20:11; 23:12; Deuteronomio 5:13; Isaías 56: 1- 8). La observancia del sábado pertenece a todos los miembros del hogar, incluyendo a los hijos, y se extiende aun “al extranjero que habita en medio de ti” (Éxodo 20:10).
Tiempo de Duración del Sábado. Información bíblica: El sábado comienza al final del sexto día de la semana y dura un día, de tarde a tarde (Génesis 1; Marcos 1:32). Este tiempo coincide con el tiempo de la puesta del sol. Siendo que es muy difícil lograr una clara demarcación de la hora exacta de la puesta del sol, la observancia del sábado comenzará al final del día como lo marca la disminución de la luz.
Principios Orientadores para la Observancia del Sábado. A pesar de que la Biblia no trata directamente con muchas de las preguntas específicas que podamos tener en relación a la observancia del sábado en nuestros días, nos ofrece principios generales que son aplicables hoy (ver Éxodo 16:29; 20:8-11; 34:21; Isaías 58:13; Nehemías 13:15-22).
Este concepto, sin embargo, no es un apoyo para una inactividad total. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos invitan a atender las necesidades y aliviar los sufrimientos de los demás, porque el sábado es un buen día para todos, especialmente para los humildes y oprimidos (Éxodo 23:12; Mateo 12:10-13; Marcos 2:27; Lucas 13:11-17; Juan 9:1-21).
“La ley prohíbe el trabajo secular en el día de reposo del Señor; debe cesar el trabajo con el cual nos ganamos la vida; ninguna labor que tenga por fin el placer mundanal o el provecho es lícita en ese día; pero como Dios abandonó su trabajo de creación y descansó el sábado y lo bendijo, el hombre ha de dejar las ocupaciones de su vida diaria, y consagrar esas horas sagradas al descanso sano, al culto y a las obras santas.” (El deseado de todas las Gentes, página 177).
A pesar de realizar buenas obras durante el sábado, éstas no deberían oscurecer la principal característica bíblica de la observancia del sábado, es decir, descanso (Génesis 2:1-3). Esto incluye tanto el descanso físico como el espiritual en Dios (Éxodo 23:12; Mateo 11:28). El último lleva al observador del sábado a buscar la presencia y la comunión con Dios mediante la adoración (Isaías 48:13), ya sea en meditación tranquila (Mateo 12:1-8), o en culto público (Jeremías 23:32, 2 Reyes 4:23; 11:4-12; 1 Crónicas 23:30; Isaías 56:1- 8). Su objetivo es reconocer a Dios como Creador y Redentor (Génesis 2:1-3; Deuteronomio 5:12-15), y para compartirlo con los miembros de la familia y la comunidad (Isaías 56:1-8).
El Sábado y la Autoridad de la Palabra de Dios. Elena de White destaca el hecho de que el mandamiento del sábado es único, porque contiene el sello de la ley de Dios. “Este es el único de los mandamientos que contiene tanto el nombre como el título del Legislador. Declara que es el Creador del cielo y de la tierra, y revela así el derecho que tiene para ser reverenciado y adorado sobre todos los demás. Aparte de este precepto, no hay nada en el Decálogo que muestre, qué autoridad fue la que promulgó la ley.” (Conflicto de los Siglos, páginas 504, 505).
El sábado es la señal que muestra al Creador como propietario y autoridad. Una observancia significativa del sábado indica, por lo tanto, que se acepta a Dios como Creador y Propietario y se reconoce su autoridad sobre toda la creación, incluyéndose a uno mismo. La observancia del sábado se basa en la autoridad de la Palabra de Dios. No existe otra razón lógica para ello.
Los seres humanos tienen la libertad de entrar en una relación con el Creador del universo como con un amigo personal. Los observadores del sábado a veces tendrán que enfrentar resistencia debido a su compromiso con Dios de mantener santo el sábado. Para aquellos que no reconocen a Dios como su Creador, parece arbitrario o inexplicable que alguien deje todo trabajo durante el día sábado meramente por razones religiosas. La observancia significativa del sábado testifica el hecho de que hemos elegido obedecer los mandamientos de Dios. De esta forma reconocemos que nuestra vida la vivimos ahora en obediencia a la Palabra de Dios. El sábado será una prueba especial al fin del tiempo. El creyente tendrá que elegir entre ser fiel a la Palabra de Dios o a la autoridad humana (Apocalipsis 14:7-12).
El Hogar y la Vida de Familia en Conexión con el Sábado:
Introducción. La vida de hogar es la piedra fundamental de una adecuada observancia del sábado. Cuando las personas guarden conscientemente el sábado en su hogar y acepten sus responsabilidades como miembros de la familia, sólo entonces podrá la iglesia mostrar al mundo el gozo y los privilegios del santo día de Dios.
Diferentes Clases de Hogares. En el siglo veinte existen diferentes clases de hogares, por ejemplo: el hogar donde está el esposo, la esposa y los hijos; el hogar donde los esposos no tienen hijos; el hogar donde hay un padre o una madre sin su compañero y los hijos (donde por causa de muerte o divorcio, uno de los padres debe actuar en los roles de padre y de madre); el hogar en el cual la persona no se ha casado nunca o donde la muerte o el divorcio lo han dejado solo y no hay hijos involucrados; está también el hogar donde sólo uno de los padres es miembro de iglesia. Al atender las necesidades y problemas de estos diferentes grupos familiares, debiera entenderse que algunos de los principios y sugerencias enunciadas se pueden aplicar a todos los grupos y que otros son más especializados.
Dos Instituciones Sagradas: El Hogar y el Sábado. “En el principio” Dios colocó un hombre y una mujer en el Jardín del Edén, el cual sería su hogar. También, “En el principio” Dios dio a los seres humanos el sábado. Estas dos instituciones: el hogar y el sábado, van juntas. Ambas son dones de Dios, por lo tanto, ambas son sagradas. La última enriquece de una forma única los lazos de la primera.
La estrecha comunión en el hogar es un elemento importante. También es un elemento importante del sábado, la comunión con otros seres humanos, pues hace que la familia se acerque más a Dios y que los miembros se acerquen más unos a otros. Visto desde esta perspectiva, no se puede subestimar la importancia del sábado para el hogar.
Responsabilidades de los Adultos como Maestros. Cuando Dios eligió a Abraham como padre de su pueblo escogido, dijo, “Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí” (Génesis 18:19). Entonces, es claro, que les ha sido entregado a los adultos una enorme responsabilidad en cuanto al bienestar espiritual de sus hijos. Tanto por precepto como por ejemplo, deben éstos ofrecer cierta estructura y atmósfera que haga del sábado una delicia y una parte vital de la vida cristiana, de tal manera, que mucho después que los hijos hayan abandonado el hogar, continúen con las costumbres que se les enseñara cuando niños.
En armonía con este mandato, “Y las repetirás a tus hijos” [(los mandamientos de Dios) (Deuteronomio 6:4-9)], los miembros adultos de la familia deberían enseñar a sus hijos a amar a Dios y a guardar sus mandamientos. Les debieran enseñar a ser leales a Dios y a seguir sus indicaciones.
Los niños deben ser enseñados a participar en el culto familiar desde su más tierna infancia para que el culto en la casa de Dios sea una extensión de una costumbre familiar. También desde la infancia, se debe enseñar a los niños la importancia de asistir a la casa de Dios para adorar y estudiar la Biblia. Los adultos en la familia deben dar el ejemplo al asistir a los cultos en sábado, proveyendo el modelo que se verá como importante cuando les toque decidir sobre las cosas que realmente valen en la vida. A medida que crecen y maduran, los niños deben ser enseñados por medio de conversaciones, y el estudio de la Biblia, el significado del sábado, la relación de éste con la vida cristiana, y la perdurable cualidad que posee.
Preparación para el Sábado. Sí el sábado ha de ser observado en forma adecuada, entonces toda la semana debiera programarse de tal forma que cada miembro esté listo para dar la bienvenida al santo día del Señor cuando éste llegue. Esto significa que los miembros adultos de la familia harán planes para que las tareas - compra y preparación de alimentos, ropas listas, y otras necesidades de la vida diaria - estén terminadas antes de la puesta del sol del viernes. El día de reposo debiera ser el eje central alrededor del cual gira toda la semana. Cuando ya llega el viernes y la puesta del sol se acerca, los adultos y los niños deberán estar listos para dar la bienvenida al sábado con la mente tranquila, los preparativos terminados y el hogar listo para pasar las próximas 24 horas en comunión con Dios y con nuestros hermanos. Los niños pueden ayudar para que se logre esta preparación si son responsables de algunos preparativos, lógicamente de acuerdo a su madurez. La forma en que la familia enfoque el comienzo del sábado a la puesta del sol del viernes, y la forma en que utilice esa noche, será el escenario para la recepción de las bendiciones que el Señor ha guardado para el día siguiente.
Vestimenta Adecuada para el Sábado. Cuando hay niños en el hogar, el sábado por la mañana mientras la familia se viste para ir a la iglesia, los adultos deben, por precepto y ejemplo, enseñar, a los niños que una de las maneras de honrar a Dios es presentarse en la iglesia con ropa limpia y adecuada de acuerdo a la cultura en la cual viven.
La Importancia de la Escuela Sabática. Cuando los niños no tienen el privilegio de asistir a una escuela adventista, la escuela sabática se convierte en el medio más importante para la instrucción religiosa además del hogar. No puede sobreestimarse el valor de esta hora de estudio de la Biblia. Es por esta razón que los padres debieran asistir a los cultos matutinos del sábado y llevar sus hijos con ellos.
Las Actividades de la Familia Durante el Sábado. En la mayoría de las culturas, la hora del almuerzo sabático, cuando la familia está reunida alrededor de la mesa familiar, es el momento culminante de la semana. El espíritu de gozo y sagrada comunión que comenzó al levantarse y alimentó durante los cultos en la iglesia, ahora se intensifica. Al quedar libres de las distracciones seculares, la familia puede conversar, de temas de interés mutuo y mantener el ambiente espiritual del sagrado día.
Cuando se comprende que el sábado es sagrado, y existe una relación amante entre padres e hijos, todos colaborarán para evitar durante las horas sagradas la intrusión de música secular, radio, programas de TV, periódicos, libros y revistas seculares.
En cuanto sea posible, los sábados de tarde debieran pasarse en actividades con la familia: explorando la naturaleza, haciendo visitas misioneras a presidiarios, a enfermos, y a otros que necesitan que se les imparta ánimo, y participando de la reunión de jóvenes le la iglesia. Cuando los niños son más grandes, las actividades se ampliarán para abarcar a otros grupos de niños de la misma edad, teniendo siempre en mente la pregunta, “¿me ayudará esta actividad a comprender mejor la verdadera naturaleza y santidad del sábado?” Al observar en forma adecuada el sábado, el hogar tendrá una influencia perdurable por siempre y por la eternidad.
La Observancia del Sábado y las Actividades Recreativas
Introducción. La observancia del sábado incluye tanto el culto como la comunión. La invitación para gozar ambos es amplia y generosa. El culto sabático de adoración está dirigido a Dios y generalmente se realiza en medio de la comunidad de creyentes. Esta misma comunidad ofrece comunión. Tanto el culto como la comunión ofrecen un potencial ilimitado para alabar a Dios y enriquecer nuestra vida como cristianos. Cuando se distorsiona el culto o la comunión, o se abusa de ambos, entonces la alabanza a Dios y el enriquecimiento personal están amenazados. El sábado, como don de que Dios se entrega a sí mismo a nosotros, es un gozo real en el Señor. También es la oportunidad para que los creyentes reconozcan y alcancen todo ese potencial que Dios les da. Es por esto que el sábado es una delicia para los creyentes.
Factores Ajenos a la Observancia del Sábado. Fácilmente pueden entrometerse en el sábado elementos ajenos a su espíritu. El creyente debe estar siempre alerta a los factores ajenos en su experiencia de adoración y de comunión que podrían menoscabar la comprensión que uno tenga de la santidad del sábado. El sentido de santidad del sábado está particularmente amenazado por las actividades impropias en la camaradería y actividades erróneas. Al contrario de esto, la santidad del sábado es realzada cuando el Creador permanece como el centro del santo día.
Un Fenómeno de Condicionamiento Cultural en la Observancia del Sábado. Es importante comprender que los cristianos rinden obediencia a Dios y que, por lo tanto, observan el sábado en el ambiente cultural e histórico del lugar donde viven. También es posible, que tanto la historia como la cultura condicionen y distorsionen falsamente nuestros valores. Apelando a la cultura podríamos ser culpables de permitirnos o excusarnos para participar en actividades deportivas o recreativas incompatibles con la santidad del sábado. Por ejemplo, ejercicio físico intenso y diversas formas de turismo que están fuera de armonía con la verdadera observancia del sábado.
Es contrario a una experiencia espiritual cualquier intento por reglamentar la observancia del sábado más allá de los principios bíblicos, tal como hacer una lista de prohibiciones sabáticas. El cristiano examinará a la luz de los principios su propia experiencia sabática. El sabe que el propósito fundamental del sábado es fortalecer los lazos de unión con su Dios; por lo tanto, son aceptables todas las actividades guiadas por principios bíblicos, que contribuyen a ese fortalecimiento.
Nadie puede evaluar correctamente los motivos personales de los otros, por esto, un cristiano debe ser muy cuidadoso y no criticar a sus hermanos que viven en otro contexto cultural diferente al suyo, y realizan actividades recreativas aprobadas por ellos.
Durante los viajes, los turistas adventistas debieran hacer todo lo posible para observar el sábado con sus hermanos creyentes en cualquier área donde se encuentren. Para respetar la santidad del séptimo día, se recomienda que los adventistas eviten usar el día como un feriado utilizándolo para visitar y realizar actividades seculares.
Las Iglesias y las Instituciones de la Iglesia
Al dar pautas y reglamentos específicos, tanto para la Iglesia como un todo y a sus instituciones, la Iglesia está ofreciendo a la hermandad un ejemplo de la observancia del sábado. Es responsabilidad de los miembros aplicar en sus propias vidas los verdaderos principios de la observancia del sábado. La iglesia puede ayudar ofreciendo principios de observancia del sábado tal como se encuentra en la Biblia y en el Espíritu de Profecía, pero no pueden actuar en lugar de la conciencia de los miembros.
Iglesias - Papel de la Iglesia y de la Familia en las Actividades del Sábado de Tarde.
A los pastores y dirigentes de la iglesia se les ha confiado la responsabilidad de planificar cuidadosamente las actividades para los niños, jóvenes, adultos y ancianos, como también para las familias y las personas solas. Al planificar, deben enfatizar la importancia de hacer del sábado un día de gozo, de adoración y descanso. Las actividades de la iglesia debieran complementar, y nunca reemplazar, las actividades de la familia y del hogar.
Iglesias - Música para el Sábado. La música tiene un impacto poderoso en el ánimo y emociones de la persona. Los dirigentes de la iglesia seleccionarán la música y a los músicos que realcen la atmósfera de adoración del descanso sabático y la relación de la persona con Dios. Los ensayos de coro debieran evitarse cuando existan otras reuniones regularmente establecidas durante la hora en que piensan ensayar.
Iglesias - Actividad Misionera en la Comunidad. Aunque los cristianos pueden participar en cierto tipo de trabajo social en beneficio de los alumnos, de los jóvenes, y de los pobres de los barrios marginales en las ciudades, pueden todavía ejercer una influencia ejemplar y consistente sobre éstos, de cómo observar el sábado. Si se participa en una escuela de extensión o en clases especiales para niños y jóvenes, pueden elegir temas y clases que sean diferentes de los temas seculares y comunes que dan durante la semana. Podrían ofrecer actividades que contribuyan a la cultura espiritual. Las horas de recreo pueden ser reemplazadas por caminatas en el vecindario y en la naturaleza. Paseos por la naturaleza o visitas en terreno que exigen un esfuerzo mínimo, pueden reemplazar a los temas y clases seculares.
Iglesias - Recolección. Es costumbre generalizada en la Iglesia Adventista que la recolección se realice en otro día que no sea sábado. Donde se practica recolectar en sábado, debiera existir un plan que ofreciese beneficios espirituales a todos los participantes.
Iglesias - Recolección de Fondos en Sábado. La doctrina de la mayordomía cristiana se encuentra a través de las Escrituras. El acto de dar tiene un lugar definido durante los cultos. Cuando se hacen llamados para dar fondos, debieran hacerse de tal manera que enfaticen la santidad del culto como del sábado.
Iglesias - Casamientos en Sábado. El culto del matrimonio es sagrado y en sí mismo no está fuera de la armonía con el espíritu de observancia del sábado. Sin embargo, la mayoría de los casamientos exigen mucho trabajo y en los preparativos para la recepción es casi inevitable que surja un ambiente secular. Para que el espíritu del sábado no se pierda, debería desanimarse la realización de casamientos en este día.
Iglesias - Funerales en Sábado. En forma general, los adventistas debieran evitar realizar funerales durante el sábado. Es verdad que en ciertos climas y circunstancias, puede ser necesario que se realice sin demora el funeral, a pesar de ser sábado. En esos casos, debieran hacerse los arreglos por adelantado con la empresa fúnebre y con los empleados del cementerio, y de esta forma reducir el trabajo y la conmoción durante el sábado. En algunos casos puede realizarse un culto el sábado y dejar el entierro para el día siguiente.
Las Instituciones de Salud de la Iglesia Adventista. Las instituciones de salud ofrecen a muchas personas su única oportunidad de contacto con la Iglesia Adventista. Los hospitales adventistas deben ser mucho más que meros sistemas que ofrecen cuidados de la salud. Estos tienen la oportunidad única de ser un testimonio cristiano las 24 horas del día a la comunidad que sirven. Además tienen el privilegio de presentar por el ejemplo, cada semana, el mensaje del sábado.
Cristo nos dio ejemplo al sanar y soltar las ligaduras físicas de la enfermedad, aun en sábado. Es a este ejemplo al que debemos mirar como nuestra base al establecer y operar las instituciones de salud adventistas. Es por este motivo, que una institución que ofrece al público atención médica, debe estar preparada para ministrar las necesidades del enfermo y doliente, sin tomar en cuenta la hora o el día.
Este enfoque pone una gran responsabilidad sobre cada institución para que planifiquen e implementen reglamentos que reflejen el ejemplo de Cristo y se mantengan los principios bíblicos de la observancia del sábado enseñados por la iglesia adventista. Los administradores tienen una responsabilidad especial de tratar de que todos los departamentos mantengan el verdadero espíritu de la observancia del sábado, instituyendo procedimientos adecuados para el sábado y evitar así la laxitud durante su observancia.
Se recomiendan los siguientes principios para la aplicación de la observancia del sábado:
  1. Proporcionar cuando sea necesario, con gusto y con alegría, cuidado médico de emergencia y de elevado nivel de excelencia. Sin embargo, no debieran las instituciones y médicos adventistas ofrecer el mismo tipo de atención o servicio clínico durante el sábado como lo hacen durante los días de la semana.
  2. No continuar con las actividades de rutina que pueden postergarse. Eso significa, que deben cerrarse todos los servicios y departamentos que no están relacionados directamente con el paciente y que debe mantenerse una cantidad mínima de personal calificado en otros departamentos para atender emergencias.
  3. Postergar diagnósticos y servicios terapéuticos electivos. Las decisiones sobre qué es necesario o de emergencia, debieran ser hechas por el médico que atiende. Si se abusara de este privilegio, la administración del hospital debiera intervenir y no dejar a los empleados no administrativos la decisión de este tipo de cosas o tener que enfrentar al médico que atiende. Se pueden evitar malos entendidos, si se deja claro en las reuniones del personal médico y por intermedio de reglamentos, que sólo se realizarán aquellas cirugías, diagnósticos o tratamientos terapéuticos que son impostergables dada la condición del paciente. En el momento de contratar al personal se puede dejar en claro todo esto, y eso ayudará a evitar abusos y malos entendidos.
Se debe desalentar o limitar la cirugía electiva o por conveniencia durante el viernes. Hacer que los pacientes estén en el hospital durante los fines de semana les ayuda a evitar que pierdan días de trabajo, sin embargo, esto hace que el primer día post-operativo, usualmente durante el cual se necesita más cuidado de enfermeras, sea el sábado.
  1. Cerrar las oficinas de administración y contabilidad a la rutina de los negocios. Aunque podría ser necesario ingresar o dar de alta a los pacientes en sábado, se recomienda evitar la entrega de recibos o el cobro de dinero. No debiera ser nunca un motivo de irritación guardar el sábado, para aquellos que tratan de servir y salvar, sino todo lo contrarío, que éste sea un distintivo de que son “hijos de la luz” (Efesios 5:8; Los Hechos de los Apóstoles, página 214).
  2. Hacer del sábado un día agradable para los pacientes, proveyendo un recuerdo de testimonio cristiano que nunca olvidarán. Es mucho más fácil conseguir observar significativamente el sábado en instituciones donde predomina personal adventista. Es posible para los empleados creyentes presentar el sábado a una luz adecuada mientras cuidan de los pacientes, y pueden perfectamente bien ser una influencia convincente en las vidas de aquellos que no son de nuestra fe.
  3. El cuidado directo del enfermo es una actividad de siete días a la semana. La enfermedad no tiene calendario. Sin embargo, cuando se prepara el horario del personal, las instituciones de salud debieran tomar en cuenta las creencias religiosas sinceras, la observancia y prácticas de cada empleado o posible empleado. La institución debiera hacer arreglos razonables para tales creencias religiosas a menos que se demuestre que tales arreglos traerán problemas en su funcionamiento. Se reconoce que la conciencia del individuo varía en relación al adecuado empleo del sábado. Ni la iglesia ni sus instituciones pueden actuar como la conciencia de sus empleados. En lugar de esto, debieran hacerse ajustes razonables en beneficio de la conciencia individual.
  4. Resistir las presiones para rebajar las normas adventistas. Algunas instituciones han sido presionadas por la comunidad, por el personal médico, y/o empleados (donde la mayoría no es adventista), para abandonar o debilitar los principios de la observancia y prácticas en el sábado y que éste sea tratado como cualquier otro día. En algunos casos, se ha ejercido presión para mantener todos los servicios durante el sábado y disminuirlos el domingo. Debe resistirse con vigor una acción tal. La condescendencia puede provocar un serio análisis de la relación de esa institución con la iglesia.
  5. Enseñar a los empleados no adventistas los principios practicados por la institución en relación con el sábado. Cada empleado no adventista, en el momento de su contrato en una institución adventista de salud, debiera ser advertido de los principios de la iglesia adventista, especialmente de los reglamentos institucionales que tienen que ver con la observancia del sábado. Aunque los no adventistas no crean como nosotros, debieran de todas formas conocer desde el principio, la forma en que se espera que ellos se ajusten al programa de la institución, para ayudar a ésta a alcanzar sus objetivos.
  6. Estimular en los empleados adventistas una actitud de continuo testimonio cristiano. El único contacto que muchos empleados no adventistas pueden tener con los adventistas, puede ser en la institución que los emplea. Toda relación debiera ser, por lo tanto, amistosa, amable y una expresión del amor que ejemplifica la vida y la obra del Gran Médico. La compasión por el enfermo, la consideración generosa por sus colegas, una voluntad de servir, una ilimitada lealtad a Dios y a la iglesia pueden ser sabor de vida para vida. Guardar el sábado es un privilegio y un honor tanto como un deber. Nunca debiera ser una carga o una molestia para aquellos que lo guardan o para aquellos que nos rodean.
Trabajo en Sábado en Hospitales no Adventistas. Aunque es esencial en las instituciones médicas que se realice un mínimo de trabajo todo el tiempo, para poder mantener el bienestar y comodidad de los pacientes, los empleados adventistas que trabajan en instituciones no denominacionales, donde las horas del sábado no alunan de la rutina del deber, están bajo la obligación de recordar los principios que reglamentan todas las actividades sabáticas. Para evitar situaciones donde nuestros miembros de iglesia podrían enfrentar problemas para guardar el sábado, se recomienda que:
  1. Cuando los adventistas aceptan empleos en hospitales no adventistas, deben manifestar sus principios de observancia del sábado y solicitar un horario que los libere de trabajo en sábado.
  2. Donde los horarios de trabajo y otros factores hagan esto imposible, los adventistas debieran claramente dejar establecidos los deberes que puedan conscientemente realizar el sábado y la frecuencia de los mismos de allí en adelante.
  3. Donde no se pueda realizar ninguno de los arreglos mencionados arriba, los miembros debieran hacer de su lealtad a los requerimientos de Dios lo máximo y abstenerse del trabajo rutinario.
Las Instituciones Educativas Adventistas del Séptimo Día. Los colegios adventistas con internado tienen un papel importante en la formación de hábitos de observancia del sábado en las futuras generaciones de miembros de iglesia. De la misma forma lo tienen los colegios y universidades al moldear el pensamiento de la clase pastoral profesional. Es, por consiguiente, importante, que tanto la teoría como la práctica de cómo aumentar el gozo de las bendiciones sabáticas en estas instituciones se acerquen lo máximo posible al ideal. La aplicación de estos principios incluye:
  1. Preparación adecuada para el sábado.
  2. Demarcación del comienzo y del fin de las horas del sábado.
  3. Actividades adecuadas hogar-escuela: cultos, grupos de oración, y testimonio, etc.
  4. Mantener los deberes necesarios a un mínimo, preferiblemente confiarlo a personas que ofrecen servicio voluntario que utilizar a aquellos para quienes hay que pagar ese mismo trabajo durante la semana.
  5. Reuniones de culto inspiradoras, preferiblemente aquellas que muestren lo que se espera que caractericen tales servicios en las iglesias que conforman la comunidad escolar.
  6. Actividades variadas y adecuadas para los sábados de tarde.
  7. Estructuración del programa semanal, para que el sábado sea un gozo prolongado y el clímax de la semana, en lugar de ser el preludio para las actividades totalmente diferentes del sábado de noche.
    1. Ventas en el comedor. Las cafeterías de los colegios han sido designadas para servir a los estudiantes y a sus padres visitantes e invitados; no debieran abrirse al público durante el sábado. Para evitar transacciones comerciales innecesarias durante las horas sagradas, cada institución debe establecer formas de pago fuera de las horas sabáticas.
    2. Asistencia del personal docente a reuniones profesionales. En algunos países, los adventistas tienen el privilegio de asistir a reuniones profesionales para estar al día con el desarrollo de su campo de especialización. Podría ser una tentación justificar la asistencia en sábado a esas reuniones, sin embargo, se recomienda que el personal académico se reúna los sábados con los hermanos de iglesia para la adoración a Dios, y no asista a las reuniones de sus colegas profesionales.
    3. Estaciones de radio. Las estaciones radiales pueden ser una bendición en sus comunidades. Para aumentar las bendiciones, la programación durante las horas del sábado debiera reflejar la filosofía de la iglesia. Si se hacen llamados para levantar fondos durante el sábado, estos debieran hacerse de manera tal que se mantenga la santidad de este día.
    4. Viajes de promoción. Para mantener el espíritu de total adoración durante el sábado, los viajes de promoción deben ser planificados de forma que disminuyan los viajes en sábado y ofrezcan un máximo de tiempo para la adoración con los creyentes. Las horas del sábado no deben usarse para viajar con el fin de ofrecer programas de sábado de noche.
    5. La observancia del sábado en la formación de los pastores. Los pastores tienen una gran responsabilidad con su ejemplo personal, pues deben moldear la vida espiritual de la iglesia. Por lo tanto, las instituciones que preparan a los pastores y esposas de pastores, necesitan ayudar a sus estudiantes a formar una saludable filosofía de la observancia del sábado. Una orientación adecuada recibida en el colegio puede ser instrumental en la experiencia de una genuina renovación del gozo sabático en sus propias vidas, tanto como en la vida de su iglesia.
    6. Exámenes en sábado. Los adventistas del séptimo día que enfrentan exámenes de rigor que son ofrecidos en sábado, en colegios no adventistas, o los profesionales que procuran certificación del ministerio de educación, enfrentan un problema especial. Al manejar tales situaciones, recomendamos hacer arreglos para que los exámenes no sean en sábado. La iglesia debiera estimular a sus miembros a una cuidadosa observancia del sábado y cuando sea posible, debiera interceder delante de las autoridades correspondientes para que le permitan presentar los exámenes en otro día, y de esta manera reverenciar el día del Señor.
Empleos Seculares y de Negocios cuando se Relacionan con el Sábado:
Declaración de principio. La visión pública del sábado incluye una dimensión divina y otra humana (Mateo 12:7). Desde la perspectiva divina el sábado invita al creyente a renovar su compromiso con Dios al desistir del trabajo diario para poder adorar a Dios más libre y completamente (Éxodo 20:8-10; 31:15-16; Isaías 58:13-14). Desde la perspectiva humana, el sábado ordena al creyente que celebre el amor creador y redentor de Dios mostrando misericordia y preocupación hacia los demás (Deuteronomio 5:12-15; Mateo 12:12; Lucas 13:12; Juan 5:17). De esta forma el sábado incluye la cesación del trabajo secular, con el propósito de honrar a Dios y realizar acciones de amor y bondad hacia su prójimo.
Trabajo Esencial y de Emergencia. Para mantener la santidad del sábado, los adventistas deben hacer elecciones sabias en materia de empleo, orientados por una conciencia iluminada por el Espíritu Santo. La experiencia ha mostrado que existe un peligro en la elección de vocaciones que no permiten adorar al Creador con libertad durante el día sábado. Esto significa que deberían evitarse aquellos empleos que, aunque esenciales para el funcionamiento de una sociedad tecnológicamente avanzada, pueden ofrecer problemas para la observancia del sábado.
Las Escrituras y el Espíritu de Profecía son claras en cuanto a nuestros deberes como cristianos hacia nuestros semejantes, aun durante el sábado. En el contexto moderno, muchos que están empleados en profesiones que involucra la salvación de la vida y la propiedad, se los llama a atender casos de emergencias. Los arreglos para trabajo regular durante los fines de semana exigirán el uso de las horas del sábado para ganancias adicionales, o aceptar trabajar sólo los fines de semana en profesiones de emergencia con el fin de aumentar el presupuesto familiar, están fuera de armonía con los principios de la observancia del sábado dados por Cristo. Es una cosa totalmente diferente atender situaciones de emergencia donde la vida y la seguridad están en peligro, a ganar el diario vivir por emplearse en ocupaciones rutinarias durante el sábado, las cuales están siempre acompañadas de actividades comerciales, seculares o rutinarias. (Ver ayudar a personas en necesidad. Mateo 12:11; Lucas 13:16). Ausentarse de la casa de Dios y ser privado del compañerismo con los hermanos en el sábado, puede enfriar la vida espiritual de la persona.
Muchos patrones, en los llamados servicios esenciales, están dispuestos a buscar arreglos para los observadores del sábado. Donde no se garantice esto, los miembros debieran revisar cuidadosamente los principios bíblicos de observancia sabática a la luz de esa actividad, ambiente, requisitos de trabajo y motivos personales, antes de comprometerse a trabajar en sábado. Debieran preguntar al Señor, como lo hizo Pablo en su viaje a Damasco, “¿Señor, qué quieres que haga?” Cuando se tiene esta actitud de fe, estamos convencidos de que Dios guiará a los creyentes a discernir su voluntad y suplirá la fuerza y sabiduría necesarias para hacer lo que corresponde.
Decisiones Morales en Relación con la Observancia del Sábado. Las instituciones militares, educativas, gubernamentales y otras, muchas veces niegan o cortan los privilegios sabáticos. Para prevenir y/o aliviar estas situaciones lamentables, debieran considerarse las siguientes sugerencias:
Un dirigente de la iglesia, preferiblemente el de Relaciones Públicas y el director de Libertad Religiosa, deben ser designados para mantenerse al día de los acontecimientos y situaciones que puedan minar la libertad de culto en el día sábado. De ser necesario, estos encargados se allegarán a las autoridades responsables con el fin de explicarles el impacto desfavorable sobre los adventistas del séptimo día de cualquier medida o legislación en proyecto. Este curso de acción puede prevenir la sanción de medidas que podrían, sin intención, cortar o negar los privilegios del sábado.
Debe estimularse a los miembros adventistas a mantener por fe el principio de la observancia del sábado, sin tener en cuenta las circunstancias, y apoyarse en la seguridad de que Dios honrará su consagración.
Los miembros de iglesia deben ofrecer ayuda espiritual, moral, y si es necesaria, temporal, para ayudar a otros miembros que pasan por problemas por causa del sábado. Tal ayuda servirá para fortalecer la consagración al Señor, no solamente de la persona que está enfrentado el problema del sábado, sino de la iglesia como un todo.
Compra de Mercancías y Servicios en Sábado.
  1. El sábado está destinado para proporcionar libertad espiritual y alegría a todos (Éxodo 20:8-11).
  2. Como cristianos, debemos ser sostenedores de este derecho humano básico que ha otorgado el Creador a cada individuo. Como regla general, la compra de mercancías, comidas en restaurantes y el pago de servicios hechos por otros, deben ser evitados, porque no están en armonía con el principio ni con la práctica de la observancia del sábado.
  3. Además, las actividades comerciales recién mencionadas harían que la mente se dirija al secularismo en lugar de detenerse en la santidad del sábado (ver Nehemías 10:31; 13:15). Con una debida planificación se pueden tomar las debidas precauciones para que no falte nada de lo necesario durante el sábado.
Viajes en Sábado. Aunque viajar en sábado pueda ser necesario para poder cumplir con las actividades comprometidas para ese día, uno no debiera permitir que los viajes en sábado se conviertan en una función secular; por lo tanto, es necesario hacer los preparativos con anticipación. Antes del comienzo del sábado deben estar atendidos el combustible del auto y otras necesidades. Deben evitarse viajes por asuntos personales y de negocios.
Cuando Debe Tratarse un Problema Específico de Trabajo. Cuando un miembro de iglesia se encuentra en la necesidad de renunciar a un cargo, o pierde su trabajo por causa de problemas con el sábado y es empleado por la denominación en un trabajo similar, y debido a la naturaleza del mismo, se exige que el miembro trabaje en sábado, se recomiendan los siguientes pasos:
Ofrecer al miembro una cuidadosa explicación del tipo esencial de trabajo.
  1. Asegurar al miembro que sólo los aspectos indispensables del nuevo trabajo se realizarán durante el sábado. Los administradores también debieran explicar los propósitos religiosos y los objetivos básicos de la. organización que lo ha empleado.
  2. Adoptar un horario de rotación para que el miembro que conscientemente aceptó trabajar en sábado, pueda con frecuencia, estar en condiciones de realizar una total celebración del día sábado.
Turnos de Trabajo. Cuando un adventista trabaja para un empleador que ofrece distintos turnos de trabajo, éste puede pedirle que trabaje el sábado o parte de él. En tales circunstancias, el miembro que tenga esta situación puede considerar lo siguiente:
  1. Luchar por ser el mejor empleado posible, y un empleado tan valioso que su patrón no pueda prescindir de él.
  2. Si el problema continúa, puede apelar directamente al patrón y hacer un arreglo en base a su buena voluntad y justicia.
  3. Podría sugerirle al patrón arreglos tales como:
    1. Trabajar en un horario flexible;
    2. Trabajar los turnos que menos acepta el resto del personal;
    3. Negociar turnos con otros empleados, o
    4. Trabajar los días feriados.
  4. Si el patrón se resiste a un arreglo, el miembro debería buscar inmediatamente la ayuda del pastor y del departamento de Relaciones Públicas y de Libertad Religiosa en los países donde se realicen este tipo de actividades.

 

Declaración de Principios sobre el Aborto

Declaración de Principios sobre el Aborto

RECOMENDADO, Adoptar los Principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre el Aborto, como sigue:
“Declaración de Principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sobre el Aborto”.
Muchas de las sociedades contemporáneas han tenido que afrontar un conflicto sobre la moralidad del aborto (1). Este conflicto ha afectado también a gran número de cristianos, quienes desean aceptar la responsabilidad de proteger la vida del ser humano que no ha nacido aún, y al mismo tiempo preservar la libertad individual de la mujer. La necesidad de orientación ha llegado a ser evidente, al procurar la iglesia seguir las Escrituras y brindar orientación moral y al mismo tiempo respetar la conciencia individual. La Iglesia Adventista quiere relacionarse con el tema del aborto de tal manera que le permita revelar su fe en Dios como el Creador y Sustentador de toda vida y reflejar la responsabilidad y la libertad cristianas. A pesar de que existen sinceras diferencias entre los adventistas con respecto al aborto, la siguiente declaración representa un intento de proporcionar orientaciones sobre ciertos principios y asuntos. Estas orientaciones se basan en amplios principios bíblicos que se presentan para su estudio al final del documento. (2)
  1. La vida prenatal del ser humano es un don maravilloso de Dios. El ideal de Dios para el ser humano ratifica la santidad de la vida humana creada a la imagen de Dios, y requiere respeto para la vida antes del nacimiento. Sin embargo, las decisiones con relación a la vida deben hacerse en el contexto de un mundo caído. El aborto nunca es un acto de pocas consecuencias morales. Por lo tanto, la vida prenatal no debe destruirse imprudentemente. El aborto debe practicarse únicamente cuando existan motivos poderosos.
  2. El aborto es uno de los dilemas trágicos resultantes de la caída del ser humano. La iglesia debiera ofrecer el más benevolente apoyo a los que tienen que afrontar personalmente la decisión de un aborto. Las actitudes condenatorias son impropias de los que han aceptado el Evangelio. Como cristianos, estamos comisionados para ser una comunidad de fe llena de ternura y cariño, que ayude a los que se encuentran en crisis mientras consideran las alternativas.
  3. De forma practica y tangible, la iglesia, como comunidad solícita, debiera dar a conocer su cometido al valor de la vida humana. Este debiera incluir:
    1. Fortalecer las relaciones familiares.
    2. Educar a ambos sexos con respecto a los principios cristianos de la sexualidad humana.
    3. Hacer énfasis en la responsabilidad, tanto del hombre como de la mujer, en la planificación familiar.
    4. Demandar que ambos sean responsables de las consecuencias de conductas inconsistentes con los principios cristianos.
    5. Crear un clima seguro para las discusiones en proceso de los aspectos morales asociados con el aborto.
    6. Ofrecer apoyo y ayuda a las mujeres que decidan completar su embarazo, y
    7. Animar y ayudar a los padres para que participen en forma responsable en la crianza de sus hijos. La iglesia debería también dedicarse a prestar su asistencia para aliviar los factores sociales, económicos y psicológicos desafortunados que puedan conducir a un aborto y cuidar en forma redentora a los que sufran las consecuencias de decisiones individuales hechas sobre este asunto.
  4. La iglesia no sirve de conciencia a los individuos; pero debiera proporcionar orientación moral. El aborto por razones de control de la natalidad, selección de sexo o conveniencia, no cuenta con el apoyo de la iglesia. Pero a veces las mujeres embarazadas pueden encarar circunstancias excepcionales que presenten dilemas morales, como amenaza para su vida, peligros graves a su salud, graves defectos congénitos cuidadosamente diagnosticados en el feto y embarazos como resultado de actos de violación o incesto. La decisión final con respecto a la terminación de un embarazo la debe hacer la mujer embarazada, después de haber hecho las consultas debidas. Para asesorarla en su decisión, ella debe contar con las informaciones precisas, el conocimiento de los principios bíblicos y la dirección del Espíritu Santo. Además, estas decisiones se toman mejor dentro del contexto de las buenas relaciones familiares.
  5. Los cristianos reconocen que su responsabilidad ante Dios es de importancia primordial. Ellos buscan el equilibrio entre el ejercicio de su libertad individual y su responsabilidad ante la comunidad de la fe, y la sociedad en general y sus leyes. Ellos hacen sus decisiones basadas en las Escrituras y las leyes de Dios, en vez de las normas de la sociedad. Por lo tanto, cualquier intento por coaccionar a una mujer para que se quede embarazada o ponga fin al embarazo, debiera rechazarse como una violación de la libertad individual.
  6. Debiera proveerse a las instituciones de la iglesia con principios que les permitan desarrollar sus propias normas institucionales, de acuerdo con esta declaración. No se debe requerir a las personas que tengan objeciones religiosas o éticas en relación con el aborto, que participen en la realización de los mismos.
  7. Se debe estimular la participación de los miembros de iglesia en las consideraciones en proceso sobre su responsabilidad moral con respecto al aborto a la luz de las enseñanzas de las Escrituras.

Notas:
  1. De acuerdo con este documento, el aborto se define como cualquier acto que tenga el propósito de poner fin a un embarazo ya establecido. Esto se diferencia del uso de métodos anticonceptivos, cuyo propósito es evitar el embarazo. El enfoque del documento es sobre el aborto.
  2. La perspectiva fundamental de esta declaración se basa en un profundo estudio de las Escrituras, como se demuestra en el siguiente documento:

“Principios Sobre el Punto de Vista Cristiano Acerca de la Vida Humana”.
Introducción
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). En Cristo tenemos la promesa de la vida eterna; pero siendo la vida humana mortal, los seres humanos tienen que afrontar asuntos difíciles en relación con la vida y la muerte. Los siguientes principios se refieren a la persona como un todo (cuerpo, alma y espíritu), un todo indivisible (Génesis 2:7; 1 Tesalonicenses 5:23).
La Vida: El Valioso Don de Dios para Nosotros
  1. Dios es la fuente, el Dador y el Sustentador de toda vida (Hechos 17:25,28; Job 33:4; Génesis 1:30, 2:7; Salmos 36:9; Juan 1:3,4).
  2. La vida humana tiene un valor único en su género, porque los seres humanos, aunque caídos, son creados a la imagen de Dios (Génesis 1: 27; Romanos 3:23; 1 Juan 2:2; 1 Juan 3:2; Juan 1:29; 1 Pedro 1: 18, 19).
  3. Dios valora la vida humana, no a base de los logros o contribuciones humanas, sino porque somos creación de Dios y el objeto de su amor redentor (Romanos 5:6,8; Efesios 2:2-6; 1 Timoteo 1:15; Tito 3:4,5; Mateo 5:43,48; Efesios 2:4-9; Juan 1:3, 10:10).
La Vida: Nuestra Respuesta al Don de Dios
  1. Aunque la vida humana es valiosa, vivirla no es su único supremo fin. La abnegación y la devoción a Dios y sus principios debe tener precedencia sobre la vida misma (Apocalipsis 12:11; 1 Corintios 13).
  2. Dios demanda protección para la vida humana y considera responsable a la humanidad por su destrucción (Éxodo 20: 13; Apocalipsis 21:8; Éxodo 23:7; Deuteronomio 24: 16; Proverbios 6:16, l7; Jeremías 7:3-34; Miqueas 6:7; Génesis 9:5,6).
  3. Dios se preocupa especialmente por la protección de los débiles, los indefensos y los oprimidos (Salmo 82:3,4; Santiago 1:27; Miqueas 6:8; Hechos 20:35; Proverbios 24:11, 12; Lucas 1:52-54).
  4. El amor cristiano (ágape) es la valiosa dedicación de nuestras vidas a mejorar las vidas de los demás. El amor también respeta la dignidad personal y no aprueba la opresión de una persona para apoyar la conducta abusiva de otra (Mateo 16:21; Filipenses 2:1-11; 1 Juan 3:16; 1 Juan 4:8-11; Mateo 22:39; Juan 18:22, 23; 1 Juan 13:34).
  5. La comunidad de creyentes está llamada a demostrar el amor cristiano en forma tangible, práctica y substancial. Dios nos llama a restaurar con cariño a los quebrantados. (Gálatas 6: 1, 2; 1 Juan 3:17,18; Mateo 1:23; Filipenses 2:1-1; 1 Juan 8:2-11; Romanos 8:1-14; Mateo 7:1,2; 12:20; Isaías 40:42; 62:2-4).
La Vida: Nuestra Responsabilidad y Derecho a Decidir
  1. Dios da al ser humano la libertad de elección, aunque eso conduzca al maltrato y a consecuencias trágicas. Su renuencia a forzar la obediencia humana requirió el sacrificio de su Hijo. El requiere que usemos nuestros dones de acuerdo con su voluntad y finalmente juzgará su mal uso. (Deuteronomio 3:19, 20; Génesis 3; 1 Pedro 2:24; Romanos 3:5,6; 6:1, 2; Gálatas 5:13).
  2. Dios nos llama individualmente a tomar decisiones morales y a que investiguemos en las Escrituras los principios bíblicos que destacan dichas decisiones (Juan 5:39; Hechos 17:11; 1 Pedro 2:9; Romanos 7:13, 25).
  3. Las decisiones sobre la vida humana, desde su comienzo hasta su final, se toman mejor dentro del contexto de buenas relaciones familiares con el apoyo de la comunidad de la fe (Éxodo 20:12; Efesios 5,6). Las decisiones humanas siempre debieran concentrarse en procurar la voluntad de Dios (Romanos 12:2; Efesios 6:6; Lucas 22:42)

 

Declaración de Principios sobre el Cuidado de los Moribundos

Declaración de Principios sobre el Cuidado de los Moribundos

RECOMENDADO, Adoptar la Declaración de Principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Acerca del Cuidado de los Moribundos, como sigue:
“Declaración de Principios de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Acerca del Cuidado de los Moribundos”
Para las personas cuyas vidas están dirigidas por la Biblia, la realidad de la muerte es reconocida como parte de la condición humana presente, afectada por el pecado (Génesis 2:17; Romanos 5; Hebreos 9:27). Hay “tiempo de nacer y tiempo de morir” (Eclesiastés 3:2). Aunque la vida eterna es un don que se concede a todos que aceptan la salvación por medio de Jesucristo, los cristianos fieles esperan la segunda venida de Jesús para la realización completa de su inmortalidad (Juan 3:36; Romanos 6:23; 1 Corintios 15:51-54). Mientras esperan el regreso de Jesús, es posible que los cristianos quizás sean llamados a cuidar personas moribundas y afrontar personalmente la muerte.
El dolor y el sufrimiento aquejan a todo ser humano. Los traumas físicos, mentales y emocionales son universales. Sin embargo, el sufrimiento humano no tiene mérito o valor expiatorio. La Biblia enseña que ninguna cantidad, o intensidad de sufrimiento humano puede expiar el pecado. El sufrimiento de Jesucristo solo es suficiente. Las Escrituras le dicen a los cristianos que no deben desesperarse en las aflicciones, instándolos a que aprendan a obedecer (Hebreos 5:7-8), a ser pacientes (Santiago 1:2-4), y a sobrellevar las tribulaciones (Romanos 5:3). La Biblia también testifica del poder vencedor de Jesucristo (Juan 16:33), y enseña que el ministerio a favor del dolor humano es un importante deber cristiano (Mateo 25:34-40). Este fue el ejemplo y enseñanza de Jesús (Mateo 9:35; Lucas 10:34-36), y ésta es su voluntad para nosotros (Lucas 10:37). Los cristianos miran con anticipación hacia un nuevo día cuando Dios pondrá fin al sufrimiento para siempre (Apocalipsis 21:4).
El desarrollo de la medicina moderna ha aumentado la complejidad en lo que respecta a decisiones para el cuidado de una persona moribunda. En tiempos pasados, se podía hacer poco para prolongar la vida humana. Pero el poder de la medicina de hoy para detener la muerte ha generado difíciles preguntas morales y éticas. ¿Qué represiones coloca la fe cristiana sobre el uso de semejante poder? ¿Cuándo debiera el objetivo de postergar el momento de muerte dar lugar al objetivo de aliviar el dolor poniendo fin a una vida? ¿Quién, apropiadamente, hará estas decisiones? ¿Qué límites, si los hay, debiera el amor cristiano colocar en las acciones designadas para dar fin al sufrimiento humano?
Ha llegado a ser cosa común discutir estas preguntas bajo el título de eutanasia. Existe mucha confusión con respecto a ésta expresión. El significado original y literal de éste término era “muerte tranquila”. Ahora, sin embargo, el término se usa en dos maneras diferentes. A menudo, eutanasia se refiere a “matar por misericordia”, o tomar la vida de un paciente intencionalmente para evitar una muerte dolorosa, o para aliviar las cargas de la familia del paciente o de la sociedad. (Esta es la así llamada eutanasia activa). Sin embargo, eutanasia también se usa, inapropiadamente según nuestra manera de pensar, para referirse a la retención o remoción de intervenciones médicas que prolongan la vida humana artificialmente, permitiendo así que la persona experimente una muerte natural. (Esta es la así llamada eutanasia pasiva). Los Adventistas del Séptimo Día creemos que permitir que el paciente muera como resultado de haber impedido intervenciones médicas que solamente prolongan el sufrimiento, y que postergan el momento de la muerte, es moralmente diferente a las acciones que tienen como primera intención tomar la vida directamente.
Los Adventistas del Séptimo Día buscan cómo enfrentar estos problemas éticos al final de la vida de manera que demuestren nuestra fe en Dios como el Creador y Redentor de la vida, revelando cómo la gracia de Dios nos ha facultado para actuar con amor al prójimo. Como adventistas, afirmamos que la vida humana es creación de Dios, un maravilloso don que debe ser protegido y sostenido (Génesis 1-2). También afirmamos el maravilloso don de Dios de que la redención provee vida eterna para todos aquellos que creen (Juan 3:15; 17:3). De esta manera, apoyamos el uso de la medicina moderna para prolongar la vida humana en este mundo. Sin embargo, este poder debiera usarse en forma compasiva, que revele la gracia de Dios reduciendo el sufrimiento al mínimo. Siendo que tenemos la promesa de Dios de vida eterna en la tierra nueva, los cristianos no necesitan aferrarse ansiosamente a los últimos vestigios de vida en este mundo. Tampoco es necesario aceptar, u ofrecer todos los tratamientos médicos posibles que solamente prolongan el proceso de la muerte.
A causa de nuestro compromiso de cuidado al ser humano, los adventistas nos preocupamos, al cuidar de los moribundos, de los aspectos físicos, emocionales y espirituales. Con este propósito ofrecemos los siguientes principios basados en la Biblia:
  1. Una persona que se está acercando al final de su vida, y tiene la capacidad de entender, merece conocer la verdad acerca de su condición, los posibles tratamientos, y posibles resultados. La verdad no se le debe ocultar, sino compartirla con amor cristiano y sensibilidad, tomando en cuenta las circunstancias personales y culturales del paciente (Efesios 4:15).
  2. Dios le ha dado a los seres humanos libertad para escoger, y pide que hagan uso de esa libertad en forma responsable. Creemos que esta libertad incluye las decisiones en cuanto a la atención médica. Después de buscar dirección divina, igual que el consejo médico, y considerar los intereses de aquellos que son afectados por la decisión (Romanos 14:7), una persona capacitada para decidir, determinará si acepta o rechaza la intervención médica para prolongar la vida y que solamente posterga el momento de la muerte. Tales personas no deben ser obligadas a someterse a tratamiento médico que consideren inaceptable.
  3. El plan de Dios es que la gente sea nutrida dentro una familia y comunidad de fe. Las decisiones en cuanto a la vida humana se hacen mejor dentro del contexto de una relación familiar saludable después de considerar el consejo médico (Génesis 2:18; Marcos 10:6-9; Éxodo 20:12; Efesios 5-6). Cuando una persona moribunda no tiene la capacidad de dar consentimiento o expresar sus preferencias con respecto a la intervención médica, esas decisiones las debería tomar una persona escogida por ella misma. Si no se ha escogido a nadie, algún familiar cercano a ese individuo debiera hacer la decisión. Excepto en circunstancias extraordinarias, los profesionales médicos o legales debieran dejar las decisiones en cuanto a intervenciones médicas para una persona moribunda a los que están más cercanos a ese individuo. Es mejor si los deseos y las decisiones del individuo están por escrito, y debieran estar de acuerdo con los requerimientos legales que existen.
  4. El amor cristiano es práctico y responsable (Romanos 13:8-10); 1 Corintios 13; Santiago 1:27 y 2:14-17). Un amor así no niega la fe ni nos obliga a ofrecer, o a aceptar intervenciones médicas cuyas cargas exceden los posibles beneficios. Por ejemplo, cuando la atención médica solamente preserva la función del cuerpo, sin esperanza de que la mente del paciente recobre el conocimiento es inútil, y será, posiblemente de buen juicio, retenerla o suspenderla. De igual manera, tratamientos médicos para prolongar la vida se pueden omitir o suspender si solamente añaden sufrimiento al paciente, o prolongan el proceso de muerte innecesariamente. Cualquier acción que se tome debiera estar de acuerdo con los mandatos legales.
  5. Mientras que el amor cristiano nos pueda conducir a retener o suspender las intervenciones médicas que solamente aumentan el sufrimiento o prolongan el proceso de muerte, nosotros no practicamos la “muerte por misericordia” o ayudamos en el suicidio (Génesis 9:5-6; Éxodo 20:13 y 23:7). Estamos opuestos a la eutanasia activa, el tomar la vida intencionalmente de una persona que está sufriendo o agonizando.
  6. La compasión cristiana requiere que aliviemos al que sufre (Mateo 25:34-40; Lucas 10:29-37). Al cuidar de personas moribundas, es un deber cristiano aliviarles su dolor y sufrimiento hasta lo máximo de nuestras posibilidades, siempre que no incluya la eutanasia activa. Cuando se hace claro que la intervención medica no sanará al paciente, el objetivo principal de atención se desviará hacia el alivio de su sufrimiento.
  7. El principio bíblico de justicia dictamina que atención adicional se debiera prestar a las necesidades de aquellos que son indefensos y dependientes (Salmo 82:3-4; Proverbios 4:11-12; Isaías 1:1-18; Miqueas 6:8; Lucas 1:52-54). Por razón de su condición vulnerable, se debiera tomar especial cuidado por asegurarse de que las personas que se encuentran sufriendo de enfermedades graves sean tratadas con respeto por su dignidad y sin hacer discriminación. El cuidado de las personas moribundas deberá basarse en sus necesidades espirituales y médicas y las preferencias que ellos han expresado, en vez de percepciones en cuanto a su mérito social (Santiago 2:1-9).
Mientras procuramos poner en efecto estos principios, cobremos esperanza y ánimo con el hecho de que Dios contesta las oraciones de sus hijos, y es capaz de obrar milagrosamente por el bienestar de ellos (Salmo 103:1-5; Santiago 5:13-16). Al seguir el ejemplo de Jesús, rogamos por la capacidad de aceptar la voluntad de Dios en todas las cosas (Mateo 26:39). Confiamos en que podemos pedir el poder de Dios para auxiliamos al cuidar de las necesidades físicas y espirituales de aquellos individuos que sufren y están al borde de la muerte. Sabemos que la gracia de Dios es suficiente para capacitamos al tener que soportar adversidades (Salmos 50:14-15). Creemos que la vida eterna es para todos aquellos quiénes tienen fe en Jesús y que está asegurada en el triunfo del amor de Dios.

 

Cuidado de la Creación de Dios: Adventismo y el Medio Ambiente

Cuidado de la Creación de Dios: Adventismo y el Medio Ambiente

RECOMENDADO, Aprobar el documento: “Cuidado de la Creación de Dios - La Iglesia Adventista y el Medio Ambiente”, como sigue:
Cuidado de la Creación de Dios - La Iglesia Adventista y el Medio Ambiente.
El mundo en que vivimos es un don de amor de Dios el Creador, de “Aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:7; 11:17,18). Dios colocó a los seres humanos dentro de esta creación, con la intención de que se relacionaran con él mismo, con sus congéneres y con el mundo que los rodeaba. Por lo tanto, sostenemos que su preservación y protección está estrechamente relacionada con nuestro servicio a Dios.
Dios apartó el séptimo día, sábado, como un memorial y un recordativo perpetuo de la creación y la fundación del mundo. Al observar ese día, los Adventistas del Séptimo Día refuerzan el sentido especial de relación con el Creador y su creación. La observancia del sábado destaca la importancia de nuestra integración con el medio ambiente en general.
La decisión humana de desobedecer a Dios rompió el orden original de la creación, resultando en una extraña desarmonía con los propósitos divinos. De ahí la contaminación del aire y las aguas, la expoliación de los bosques y la fauna silvestre, y la explotación de los recursos naturales. Debido a que reconocemos que los seres humanos forman parte de la creación de Dios, nuestra preocupación por el medio ambiente abarca la salud y el estilo de vida de las personas. Los adventistas promovemos un estilo de vida saludable y rechazamos el uso de substancias como tabaco, alcohol y otras drogas que perjudican el cuerpo y consumen las reservas de la tierra; también fomentamos una alimentación vegetariana sana y sencilla.
Estamos comprometidos con una relación de respeto y colaboración con todas las personas, reconociendo nuestro origen común y comprendiendo nuestra dignidad humana como un don del Creador. Puesto que la miseria humana y la degradación del medio ambiente están relacionadas, nos empeñamos en mejorar la calidad de la vida de todas las personas. Nuestra meta es desarrollar recursos de mantenimiento mientras suplimos las necesidades humanas.
El verdadero progreso hacia el cuidado de nuestro medio ambiente natural descansa, tanto en los esfuerzos personales como en la cooperación. Nosotros aceptamos el desafío de trabajar con el fin de restaurar todos los designios de Dios. Movidos por nuestra fe en Dios, nos dedicamos a promover el sanamiento que se eleva a los niveles personales y ambientales de vidas integradas dedicadas a servir a Dios y a la humanidad.
Por medio de este cometido confirmamos nuestra mayordomía de la creación de Dios y creemos que la completa restauración sólo será obtenible cuando Dios haga de nuevo todas las cosas.

Declaración de principios sobre el Sida - Pautas

Declaración de principios sobre el Sida - Pautas

Día 17 de octubre de 1996.
VOTADO, Aprobar el documento, La Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Epidemia del SIDA - Pautas, de la manera siguiente:
“La Iglesia Adventista del Séptimo Día y la Epidemia del SIDA - Pautas”
Planteamiento:
La epidemia global del SIDA ejerce un impacto profundo sobre la misión mundial evangélica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los dirigentes de la iglesia son llamados a responder mediante iniciativas en el ámbito de la educación, la prevención y el servicio a la comunidad y a través de actos personales de benevolencia hacia las personas y familias implicadas en la crisis. El SIDA no respeta límites nacionales, feligresía, sexo, estado civil, educación, ingresos o posición en la vida. En muchos países está diezmando la población y reclamando la vida de miembros adventistas y otros individuos. Todas las personas, especialmente los jóvenes que crecen ahora en una era de laxitud moral, necesitan que se les enseñen los principios bíblicos con relación a la sexualidad y el propósito divino de que la intimidad sexual se experimente dentro de la protección del pacto matrimonial. Los dirigentes de la iglesia deben proveerles a los miembros información verosímil, presentada en su propio lenguaje y acorde con su propia cultura. Se llama a la iglesia a constituirse en una voz tanto profética como misericordiosa: los labios y manos de Dios al llevar el ministerio de Cristo a la comunidad.
El tratar de extender la misión global de la iglesia a todas las razas y pueblos, trae a la feligresía a muchos que fueron infectados por el virus del SIDA antes de unirse a la iglesia, o que se ven afectados por tener familiares que tienen SIDA. La epidemia es de tal magnitud que ninguna familia quedará ultimadamente sin afectarse. Muchos reciben la infección independientemente de alguna acción de su parte. Es inapropiado juzgar al respecto, siendo que se desconoce con seguridad la fuente de la infección. Muchos han experimentado vergüenza, temor y agonía, cuando alguno de sus familiares sufre y muere de SIDA, sintiéndose muchas veces compelidos a guardar el secreto con respecto a su dolorosa situación. Así como Cristo vino a ofrecer sanidad a un mundo sufriente, así también los miembros adventistas son comisionados para cuidar en forma compasiva de aquellos que sufren y son afectados por el virus del SIDA. Los miembros pueden cuidar y prestar servicios a tales enfermos, tanto en el hogar como en las instituciones al cuidado de la salud, si se les instruye en la forma apropiada de hacerlo.
Recomendaciones:
La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce su responsabilidad cristiana de responder a la crisis global con respecto a la enfermedad del SIDA y sus efectos devastadores sobre la humanidad y desea responder en múltiples formas, que incluyen:
  1. Hacer extensivas las enseñanzas y ministerio de curación de Cristo, quien sin prejuicio alguno sirvió a todos los necesitados, empeñándose en esfuerzos para reducir el riesgo de que las personas contraigan SIDA y prestando sus servicios en forma compasiva y sin juzgar a todas las personas afectadas, cuando un individuo sufre de SIDA.
  2. Designar una persona en cada división, juntamente con el personal y recursos financieros que puedan destinarse para responder a los desafíos del SIDA a través de iniciativas apropiadas y esfuerzos cooperativos con otras entidades de la comunidad o del país en cuestión.
  3. Desarrollar y administrar programas de educación con respecto al SIDA, usando cuando sea apropiado el material (HIV/AIDS Guide). Los programas deberán adaptarse al contexto de las necesidades culturales e idiomáticas y estar dirigidos a los:
    1. Pastores: A través de cursos de educación continua y reuniones ministeriales, designadas para habilitar a los pastores para tratar con miembros afectados por la crisis del SIDA. Los pastores necesitan información en cuanto a prevención, un ministerio compasivo y funciones eclesiales prácticas, tales como la conducción de un servicio funeral en favor de una persona afectada por el SIDA.
    2. Maestros: Educación continua e instrucción durante su desempeño, con énfasis en comunicar valores espirituales y el desarrollo de habilidades entre los jóvenes para que puedan enfrentar las presiones sexuales.
    3. Miembros de la iglesia: A través de sermones, lecciones de Escuela Sabática, asesoría premarital y actividades de fortalecimiento del matrimonio, seminarios con respecto al SIDA y aspectos curriculares que provean información sobre la sexualidad en general y el SIDA en particular.
    4. Comunidades: Al reconocer la oportunidad para testificar por Cristo y servir a la comunidad en general, proveyendo proyectos misioneros apropiados y participando en esfuerzos cooperativos.
  4. Proteger y fortalecer el matrimonio al:
    1. Poner en alto el ideal de abstinencia con respecto a la actividad sexual premarital.
    2. Apoyar el requisito de la prueba (HIV) para ambos futuros cónyuges, como parte de la preparación que la iglesia aconseja para el matrimonio.
    3. Poner en alto el ideal de Dios en cuanto a la fidelidad en el matrimonio.
    4. Recomendar medidas protectoras contra enfermedades transmitidas sexualmente, incluyendo HIV.
  5. Transmitir intencionalmente valores cristianos a la nueva generación, reconociendo que los valores sexuales de cada individuo se establecen en la juventud. Debe darse prioridad a proveer información exacta, un foro para la discusión abierta y énfasis en la dimensión moral de las decisiones con respecto a la sexualidad.
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Provisto por el Departamento de Salud y Temperancia, Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día, en cooperación con los miembros de la Comisión de Estudio del SIDA de la Asociación General.

 

Ministerio Infantil

Ministerio Infantil

Día 17 de Octubre de 1996.
POR CUANTO, Siendo que el Ministerio Infantil es el nuevo departamento creado para dar más y mejor atención a los niños, es necesario que exista una interrelación entre este ministerio y otros departamentos que también cumplen responsabilidades con los niños entre las edades de 0 - 12 años.
Los departamentos entre los cuales se hará un trabajo más específico se encuentran:
  1. Departamento de Escuela Sabática - A fin de colaborar con la escuela sabática, el Ministerio Infantil se encargará de realizar la capacitación trimestral de los maestros de los departamentos de niños. Dicha capacitación se hará utilizando los libros de ayudas para programas y folletos que produce la escuela sabática. Este trabajo en equipo fortalecerá el crecimiento espiritual de la niñez quien es el punto de interés de ambos departamentos.
  2. Departamento de Jóvenes - El Ministerio Infantil se unirá con los directores de Aventureros y Conquistadores para motivar e incentivar a los niños que no pertenecen a los clubes a fin de que se afilien a los mismos. De igual forma se apoyarán aquellos programas especiales que se implementen en favor de la niñez.
  3. Departamento de Educación - Se unirán los esfuerzos para promover y enfatizar la importancia de enviar los niños a nuestras escuelas adventistas. Ambos departamentos crearán diversas estrategias para facilitar por lo menos la educación primaria adventista a los niños de las iglesias.
  4. Ministerio Familiar - Ambos departamentos se unirán para proveer orientación y ayuda a los padres contribuyendo de esta forma a la creación de un mejor ambiente familiar donde los niños crezcan y se desarrollen.
  5. Ministerio Femenino - Los grupos de acción del Ministerio Femenino que trabajan en favor de los niños se unirán a Ministerio Infantil para planear e implementar programas para la niñez.

Declaraciones sobre el Abuso Sexual Infantil

Declaraciones sobre el Abuso Sexual Infantil

Octubre de 1996.
RECOMENDADO, Aprobar la Declaración sobre Abuso Sexual Infantil, de la siguiente manera:
“Declaración sobre Abuso Sexual Infantil”
El abuso sexual infantil ocurre cuando una persona mayor o más fuerte que el niño, usa su poder, autoridad o posición de confianza para involucrar a un niño en una actividad o comportamiento sexual. Cualquier actividad sexual entre un niño y uno de sus padres, hermanos, parientes o padrastro, madrastra o padres adoptivos, es incesto.
Los abusadores sexuales son mayormente varones y pueden ser de cualquier edad, nacionalidad, o contexto económico social. Son generalmente personas casadas y que tienen hijos, un empleo respetable y que probablemente asisten a la iglesia regularmente. Es muy común que los ofensores nieguen rotundamente su conducta abusiva, que se rehúsen a ver sus acciones como un problema y que racionalicen su conducta o traten de echar la culpa a algo o alguien más. Aunque es verdad que muchos abusadores manifiestan inseguridad y baja estima propia profundamente arraigadas, tales problemas no deben ser nunca aceptados como excusa para abusar sexualmente de un niño. La mayoría de las autoridades en la materia coinciden en que el punto en cuestión, en relación con el abuso sexual infantil, no es tanto un deseo sexual, sino el de poder y control.
Cuando Dios creó a la familia humana, comenzó con un matrimonio entre un hombre y una mujer sobre la base del amor y la confianza mutuos. Esta relación es todavía vigente para proveer el fundamento de una familia estable y feliz en la que la dignidad, el valor y la integridad de cada miembro de la familia se protejan y sea puesto en alto. Cada niño, sea del sexo masculino o femenino, debe ser corroborado como un regalo de Dios. Se les da a los padres el privilegio y responsabilidad de sostener, proteger y cuidar físicamente a los hijos que Dios les ha confiado. Los niños deben ser capaces de honrar, respetar y confiar en sus padres sin correr el riesgo de abuso.
La Biblia condena el abuso sexual en los términos más enérgicos. Considera como un acto de traición y de abierta violación de la dignidad de una persona, cualquier intento para confundir, empañar o denigrar los limites personales, generacionales o entre los sexos, a través de conductas abusivas sexuales. Condena abiertamente los abusos de poder, autoridad y responsabilidad porque los tales apuntan al corazón mismo de los sentimientos más profundos de las víctimas con respecto a sí mismos, a otros y a Dios y destruyen su capacidad para amar y confiar. Jesús utilizó un lenguaje muy severo para condenar las acciones de alguien que a través de palabras o hechos hiciera tropezar a un niño.
La comunidad Adventista Cristiana no está inmune al abuso sexual infantil. Creemos que la iglesia tiene la obligación moral de involucrarse activamente en la prevención del abuso sexual infantil. Estamos empeñados también en la labor de ayudar a los individuos abusados y abusadores, así como a sus familias, en su proceso de curación y recuperación y en hacer que los perpetradores, especialmente los profesionales de la iglesia y dirigentes de la misma, sean responsables por mantener una conducta apropiada, acorde con personas que ocupan posiciones de confianza y liderato espiritual.
Como iglesia, creemos que nuestra fe nos llama a:
  1. Poner en alto los principios cristianos en relación con las relaciones familiares, en las que se reconozca como derechos ordenados por Dios, el respeto propio, la dignidad y pureza de los niños.
  2. Proveer una atmósfera en la que los niños que han sido abusados puedan sentirse seguros al dar parte del abuso sexual sufrido y sentir que tienen alguien que puede escucharlos.
  3. Informarse ampliamente acerca del abuso sexual y de su impacto en nuestra propia comunidad de la iglesia.
  4. Ayudar a los ministros y dirigentes laicos a reconocer las señales de alerta con respecto al abuso sexual infantil y saber cómo responder apropiadamente cuando se sospecha que existe o cuando el niño informa haber sido abusado sexualmente.
  5. Establecer relaciones de referencia efectivas con consejeros profesionales y agencias que atienden casos de asalto sexual, a los cuales debe informarse en forma apropiada y que pueden, a través de sus recursos profesionales, ayudar a las victimas de abuso sexual y a la familia de las mismas.
  6. Crear pautas/reglamentos en los niveles apropiados para ayudar a los dirigentes de la iglesia:
    1. Esforzarse por dar un trato justo a las personas acusadas de abuso sexual infantil.
    2. Hacer responsables por sus acciones a los perpetradores de abuso sexual y administrar la disciplina apropiada.
  7. Apoyar la educación y mejor preparación de las familias y sus miembros al:
    1. Rectificar ciertas creencias religiosas y culturales comunes que podrían ser utilizadas para justificar o encubrir el abuso sexual infantil.
    2. Formar en cada niño un sentimiento saludable en cuanto a su valor personal, que lo capacite para respetarse a sí mismo y a los demás.
    3. Fomentar una relación cristiana entre personas del sexo masculino y femenino tanto en el hogar como en la iglesia.
  8. Proveer apoyo solicito y un ministerio emancipador en el seno de la comunidad de la iglesia, tanto a los sobrevivientes del abuso como a los abusadores, y permitiéndoles el acceso a una red de recursos profesionales disponibles en la comunidad.
  9. Estimular a más personas a recibir instrucción como profesionales de asuntos familiares, para facilitar el proceso de curación y recuperación de las víctimas de abuso y de los perpetradores.
(Las declaraciones anteriores se basan en principios expresados en los pasajes bíblicos siguientes: Génesis 1:26-28; 2:18-25; Levíticos 18:20; 2 Samuel 13:1-22; Mateo18:6-9; 1 Corintios 5:1-5; Efesios 6:1- 4; Colosenses 3:18-21; 1 Timoteo 5:5-8.)